jueves, 22 de diciembre de 2011

Pierdo el norte porque me empeño en mirar al sur... Tanto grito sofocado por años, tanta furia transformada en tristezas, tanta injusticia y soledad. Soledad de atardeceres dormidos que nunca existieron, soledad de diálogos interiores que quedaron en el olvido de algún papel añejo y amarillento.
Miro al sur, saboreando lo no conocido, temiendo lo que está por venir, siempre la vida se las arregla para jugar y recomenzar el círculo, vida-muerte-vida.
Pierdo el norte y me pierdo en el dolor que se instala en los huesos, quizás allí este agazapada el alma pujando por salir, por darse, por encontrarse con la mujer que alguna vez fui o que quizás será.
Tantos muros, acorralaron los latidos constantes de la rebeldía, el coraje, el miedo, la loca aventura de seguir sintiendo, amando...
Tantos muros intentan dejarme sin salida, pero con la certeza de que se pueden saltar, aunque falten las fuerzas y las garras, sobrará la pasión y el atrevimiento.
Me duelen las raíces, pero la lluvia moja mis pies, me duele el alma, pero el cielo llora por mí.
Pierdo el norte pero encuentro MI SUR.

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